Debe hacer como un año q empecé el blog, pero si cuento con una mano a los que lo leen, capaz que me sobren cuatro dedos. La cosa es que todavía no decidí (o de manera más correcta debería decir: no sé) cuál es el fin de este blog, ni qué quiero decir con todo esto. Por ahí escribo a la nada, sólo por el hecho de escribir y recordar días pasados pero en ocasiones me gusta también soltar algún semi-debate reflexivo. Sin embargo nunca quise (todavía) encaminar el blog hacia ningún lado, sino dejar que encuentre solo su rumbo, al igual que lo estoy haciendo yo; por esta razón es que tampoco lo hice público, por el momento estoy dejando que sus lectores caigan solos (si es que caen, ja!), que lo encuentren y lo dejen pasar o se enganchen según le antoje a cada uno.
Pero por detrás de este palabrerío, cada tanto pica el bichito de la vanidad y me encuentro viendo las estadísticas del blog para chusmear quienes andan por acá, después de meses y meses encontrándome con los robots de siempre ahora aparecen tímidamente 2, 3 y hasta ¡cuatro! lectores traídos por mi amigo don Google. A todos ustedes, BIENVENIDOS!
(No se pueden quejar de la falta de atención personal eh?)
Entradas
