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Archive for abril 2012

Hace rato vengo pateando esta entrada, me toca hablar de COROICO, es la ciudad q más me gustó en todo Bolivia, en parte por la cordialidad de sus habitantes, algo que no había vivido mucho en los últimos lugares visitados, y en parte tembién por toda la naturaleza que ofrece.

Para llegar se puede tomar un bus desde la terminal de La Paz (más caro) o desde otra salida de buses en un extremo de la ciudad donde hay más alternativas más baratas.
La ruta desde La Paz no tiene desperdicio, de echo en el trayecto te cruzas con muchos que lo hacen en mountain bikes. En el camino se pueden observar montañas, numerosas cascadas a lo lejos, precipicios con vista espectacular y lo más raro, carpas y casas bien el medio de la nada, rodeados de naturaleza.


Rutas entre montañas y neblina
Coroico es, en palabras de quienes viven allí: la puerta al amazonas, y así es; aunque la falta de tiempo nos impidió saborear la selva, logramos disfrutar una buena tarde de río, algunos del montón de senderos entre árboles, arroyos, montaña; mucha vegetación y cómo no, un buen chapuzón para combatir el calor.




Es famoso por la ruta de la muerte, un viejo camino usado por camiones bordeando las montañas y muy estrecho en algunos sectores con curvas bien cerradas que actualmente se utiliza como vía secundaria y para realizar mountainbike (el alquiler de la bici cuesta unos 80 usd).




En la oficina de turismo nos ofrecieron muchos circuitos para realizar caminando con guías pero decedimos hacerlo por nuestra cuenta.
Preguntamos un poco y nos encaminamos; los senderos están señalizados al inicio y mitad de camino, pero nos perdimos un poco al final. Hay senderos más estrechos e incluso paradores y asadores que ya no están en uso pero a los cuales se les puede sacar buen provecho ya que están ubicados cerca de los ríos.
senderos rodeados de árboles


La ciudad conserva su aspecto colonial, con una plaza central y calles empedradas, predispuesta al turismo (otra cosa que no vimos en el resto de las ciudades bolivianas)

Plaza central






Para entonar este post les dejo el video que le da nombre:

 
Ahora sí; con los pibes de El Símbolo sonando a capella en nuestras gargantas llegamos a Copacabana, que es la última ciudad costera del lago Titicaca y por la que se accede a la Isla de sol.
Ni bien llegamos nos dirigimos al lugar donde partían las lanchas, pues según teníamos entendido a las 16hs salía la última y ya habían pasado unos minutos de eso horario.
Luego de negociar un poco, nos ofrecieron llevarnos por 150bol a los 7, que era aproximadamente el precio que teníamos previsto. Una vez acomodados para partir escuchamos discusiones entre el “vendedor” y el conductor de la lancha, aparentemente la oferta que nos habían hecho era muy baja, por lo que ahora el precio era casi el doble. Luego de una renegociación (y algunas amenazas de irnos a buscar otro transporte) logramos nuevamente acordar ese precio, pero esta vez en otra lancha que, según nos explicaban era más lenta y por eso nos hacían rebaja.
Así son los regateos en Bolivia, ya sea por transporte, alojamiento o compras en general. Los vendedores acceden a bajar los precios, pero tienen una extraña facilidad para luego olvidarse del acuerdo previo, por lo que les recomiendo, vayan siempre con alguna idea de cuál es el precio antes de consultar (lo locales por lo general te dicen cuánto cobran a ellos y cuánto a los extranjeros, y ya con eso tienes una idea del rango de precios con que te vas a encontrar); algo similar nos había ocurrido en La Paz con los 2 buses que tomamos desde allí.
Vista panorámica desde un alto en la isla
El viaje en lancha por el lago Titicaca de media hora demoró unas 2 horas y media y finalmente llegamos a la parte norte de la isla.
La isla tiene dos poblados, el norte y el sur; según nos comentaron en el sur se encuentran muchos hoteles y retaurants con algo más de categoría pero lejos (no tanto, a unas 3hs) del sector norte donde se encuentran las ruinas.
Arribamos el sector norte de la isla ya anocheciendo, no hay ningún tipo de alumbrado en las calles, por lo que nos guiamos por las luces exteriores de las casas y unas linternas.
Es costumbre que los niños (de unos 10 a 15 años) aborden a los turistas con ofertas de alojamiento y comidas, ellos te acompañan a los hospedajes, e incluso algunos fueron los encargados de mostrarnos las habitaciones e indicarnos el precio (debo decir que me daba un poco de apuro regatear precio con un nene de 12 años).
La falta de luz hace que sea prácticamente caminar por el pueblo, donde la actividad nocturna es prácticamente nula salvo algunos restaurantes abiertos.
Vista del pueblo del norte de la isla
Al día siguiente nos cambiamos a un hostel que nos habían recomendado, Lo de Jhonny (aunque Jhonny no estaba) donde conseguimos alojamiento a 15bol (2usd). La gente de allí es muy hospitalaria, nos ofrecieron usar su cocina y hasta fueron con quienes acordamos nuestro regreso a Copacabana.
Luego de toda una vida acostumbrado a montones de aparatos eléctricos, fue curioso ver qué tan sencillos son los quehaceres cotidianos sin ninguno de ellos:
- El agua tibia para ducharse sale a la siesta, cuando el sol calienta las cañerías de agua (al principio me pareció inverosímil, pero es real).
- La cocina consiste en un recinto cerrado con media-sombras y tres fogones donde se colocan las ollas y pavas, con las mismas media-sombras mantienen bien caliente la temperatura general del lugar.
- Hay un sector del arroyo muy particular donde unos pequeños remansos y algunas piedras lisas disponen de un sector para lavar, uno para enjuagar y uno para secar la ropa, todo dispuesto en línea (no me animé a sacar fotos por no parecer irrespetuoso, pero me sorprendió la practicidad con la que una señora que se encontraba lavando allí había dispuesto todo a su alrededor.
En la isla hay muy buenas playas, y tanto en ellas como en los cerros se puede apreciar toda la naturaleza sin ningún tipo de contaminación.
Cuentan que en esta isla es donde el dios Inca creó al primer hombre y por un sendero se puede acceder a la mesa ceremonial donde se realizaban sacrificios, las ruinas del templo y otros lugares sagrados.
El ingreso el de 10bol (1,5usd) e incluye la opción de escuchar a los guías y visitar el museo; cabe destacar que los guías son pobladores locales con pleno conocimiento de la historia del lugar. 
vista desde el interior de las ruinas
Mucha gente de la isla aún considera a estos lugares como sagrados, incluso algunos no acceden a ciertos sectores si no se encuentran espiritualmente listos para ello, los turistas pueden circular libremente siempre con respeto por el significado que tiene para la gente de allí.
mesa de los sacrificios
Las ruinas en la isla del sol se preservan tal como fueron encontradas (luego del saqueo de los conquistadores españoles, claro), no se ven con toda la majestuosidad de otras construcciones Incas como Machu Pichu pero tienen ese valor agregado de no haber sido “retocadas” para los turistas.
Tips: Para ir a Copacabana desde aquí se pueden aprovechar los viajes que hace la gente para comprar mercadería y así obtener un mejor precio.
En Uyuni se encuentra el salar más grande del planeta y, como miles de turistas a lo largo del año, hacia allí nos dirigimos. 

Imagen de las planicies de sal cubiertas con una fina capa de agua
La ciudad tiene algunos atractivos para visitar que en su momento me resultaron interesantes pero ahora no los recuerdo (probablemente no eran tan interesantes después de todo).


Hay un mercado grande, algunos regionales y muchos puestos de comida al paso que, entre los que encontramos cerdo asado, pinchos de llama, empanadas salteñas, piza y hamburguesas (estas últimas las fritas en grasa, algo que no recomiendo para nada).


En las afueras del marcado





Elegimos ver el amanecer en el salar, la excursión debe realizarse en 4x4 debido al estado del camino y el agua que desprende del mismo. El recorrido simple al salar (hay otros que incluyen varios días, visitando algunos lagos coloridos y hábitats de flamencos) lleva aproximadamente medio día e incluye una visita al cementerio de trenes y algunas artesanías hechas con sal.


Amanecer en el salar







Temprano, el clima es bien es frío (viajamos en mayo) y con las horas se va sintiendo la presencia del sol, el lugar se presta para sacar tremeeendas fotos (yo no, porque se me rompió la cámara) pero no mucho más que eso, el medio día que estuvimos fue más que suficiente.




Buenas gente, este es la primera entrada oficial del blog, voy a escribir primero de un par de viajes q hice hace tiempo, y de paso aprendo bien a usar esto del blog ya que seguro cuando esté viajando no voy a tener muchas ganas de renegar con internet. Salimos con unos amigos con la idea de recorrer un poco de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia en el mes que teníamos libre. Por alguna cosa rara de las líneas aéreas era mucho más barato tomar un avión a Chile, luego a Lima, Perú y de allí bajar a Sata Cruz, Bolivia que ir directamente a Bolivia por lo que entre los tiempos de viaje y de espera entre un tramo y otro demoré en total 2 días en llegar a Santa cruz, ésta era mi primer parada buscando la combinación más económica de vuelos, pero el destino final es Potosí. Tenía entendido que el último bus desde Santa Cruz hacia Potosí partía 16:30hs y bajé del avión a las 16 hs, por lo que automáticamente tomé un taxi hacia la terminal (unos 20 min) para pescar un último asiento en el últiimo bus que partía, al menos eso me chamuyó el vendedor del boleto, sea verdad o no, me ahorre pasar la noche en Santa Cruz. Un vendedor nos entretuvo durante la primer media hora de viaje, creo que su profesión debió ser actor, la forma en que simulaba achaques y dolores de espalda para curar con la crema que ofrecía eran dignos de las mejores comedias. El viaje duró unas 14hs de las 12 que nos habían preveído por un camino de ripio montañoso de muchísimos pozos que no asustaban para nada al conductor y sin ningún drama pasaba sobre baches a 60 o 70km/h (en varias ocasiones el salto me hizo golpear la cabeza con el techo), claro que con la cantidad de horas de viajes y lo duro del camino nadie pretendia otra cosa más que llegar lo antes posible a destino, muy a pesar de los amortiguadores. En medio del viaje una parada para comer e ir al baño, se ofrcían hamburguesas fritas en grasa, lo que es habitual en los puestos callejeros de bolivia, pero nada tentador a mi paladar. El aseo del baño indescriptible, sólo diré que opté por esperar las 8hs que faltaban de viaje antes de ir al baño a ir allí.
Caminando por el centro histórico


Llegué a potosí temprano, a una terminal que parecía cerrada, al menos así lo estaban sus negocios, con poca gente dando vueltas y sin mucho movimiento en los alrededores. Fui directo a la avenida de enfrente y tomé un colectivo de línea hacia el centro (usd 0,25). Los colectivos son más bien tipo traffic, chiquitos con poca capacidad de pasajeros, pero que compensan con una frecuencia de 10 a 15 min al menos los de mayor circulación (las calles son angostas y de cuadras cortas de la época colonial por lo que sería imposible que circulen vehículos de mayor tamaño).

Una vez en el centro chequeo mails al arribo de mis amigos y advierto que debíamos encontrarnos todos en una ciudad y país que ninguno conocía. Allí la solución más simple, pues todas las ciudades tienen una plaza principal con su centro histórico construído alrededor y de fácil arribo, y allí fue donde horas más tarde nos encontramos, algunos ex compañeros de facultad y otros nuevos amigos, en total éramos 7 quienes continuaríamos el viaje. Caminamos un poco buscando hostels (siendo un grupo grande y fuera de temporada, la consigna era usar esas cartas regateando precios de hospedaje), terminamos en uno cómodo, con algo de humedad, que incluía desayuno a 50 bol. (7usd).

Estuvimos 3 días en Potosí, de los cuales habré pasado uno y medio, casi dos en cama así que lamento informarles que esto es todo lo que voy a contar del lugar. Nunca me habría imaginado que me iba a hacer mal la altura, pero así fue (la ciudad de Potosí está a cerca de 4000mts de altura). Estuve con fiebre , dolor de cabeza constante y cero motivación para hacer algo. Probé masticar unas hojas de coca, pero lo que realmente me alivió todo fuero unas buenas pastillas de ibuprofeno, con dos de esas ya andaba casi 0km por un rato.



Luego de unos días partimos hacia Oruro para visitar el salar de Uyuni. Nuevamente un bus de unas 10hs entre las montañas bolivianas.

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